Archivo mensual: julio 2011

Crónica de la marcha popular indignada: Ruta Suroccidental. 1

El pasado 24 de junio algo más de una decena de indignados salió de Cádiz iniciando la marcha suroccidental hacia Madrid. Una de las seis que forman la marcha hacia la capital. Cuando el 13 de julio llegué a Corral de Calatrava, pueblo manchego a 20 km de Ciudad Real, la asamblea contaba ya más de 80 personas, y ayer 14 de julio superábamos con creces el centenar.

Etapa a etapa de la marcha a pie va creciendo la ilusión y el número de marchantes. Cada día los caminantes inician la marcha en torno a las 6 de la mañana, mientras, algunos de sus compañeros recogen el campamento de la noche anterior y ponen rumbo al próximo pueblo, donde los encargados de la logística buscan el nuevo punto de encuentro y preparan la llegada de los caminantes así como la asamblea de la tarde, destinada a presentar el movimiento 15M y la marcha de los indignados, además de recoger las sensaciones, ideas y problemas de los vecinos.

Durante la dura caminata, y a mis ampollas me remito, los veteranos aconsejan y ayudan a los novatos, sin ellos me hubiera sido imposible terminar la caminata de cuatro horas hasta Ciudad Real. Durante la marcha, el coche escoba suministra agua y bocadillos a los caminantes y atiende a los rezagados. Mientras el asfalto nos va minando los pies, muchos de los vehículos con los que nos cruzamos nos levantan la moral a base de claxon. La silueta de Ciudad Real es recibida al rito de “¡indignados, ojú ojú ojú!” y la marcha entra en la ciudad manchega cantando aquello de no hay pan pa’ tanto chorizo.

En Ciudad Real descansamos en el parque del Gasset, y pudimos ducharnos en casa de particulares. Es de agradecer la calurosa acogida con la que los ciudadrealeños recibieron a la marcha. Por su parte, el Ayuntamiento de la localidad nos negó toda ayuda, prohibiendo en vano la toma de la plaza del pilar y tratando de enviarnos al ostracismo del recinto ferial.
Tras las duchas y los conciertos del Gasset de sendas bandas, que vinieron a mostrarnos su apoyo, celebramos una emotiva y multitudinaria asambleas (a la que acudieron decenas de vecinos) en la plaza del pilar, presidida por el rebautizado Don Quijote de la Marcha. En la asamblea hablamos del 15M, de la marcha, de las propuestas recogidas en otros pueblos, de autogestión, de decrecimiento y de ILP (Iniciativa Legislativa Popular) entre otras cosas. Alguna que otra lágrima y muchos aplausos fueron arrancados por quienes tomaban la palabra, algunos definiendo el 15M como “una sensibilidad” o una “necesidad vital de manifestarse para exigir un cambio”, otros afirmaban que “este es el momento de perder el miedo” y aunque “no nos falta el apoyo de la gente, sí que nos falta su fe en que esto es posible”. Termina la asamblea con un abrazo colectivo al canto de “el pueblo unido jamás será vencido”.

Los que llevan aquí varias semanas ya afirman, y los recién llegados lo notamos, que esto no es sólo una protesta, no es sólo una reivindicación político social, no es sólo una durísima caminata; es una vuelta a ser humanos, una vuelta a la convivencia en comunidad, aquí se respira amor y fraternidad, aprendemos a ser mejores personas, nos comportamos como mejores personas y reconstruimos la colectividad que nunca debimos perder. “La vida es otra cosa, aquí me estoy descubriendo a mi mismo”, concluía un caminante durante la asamblea.

No puedo dejar de sentir la ilusión y emoción que recorrió la asamblea hasta brillarme en los ojos. Por esto que nació en España el pasado 15 de mayo no sólo hay que dejarse los pies, hay que dejarse el alma.